Jacques Nuoffer

Jacques Nuoffer fue víctima de abusos por parte de un sacerdote cuando era joven. En 1968 consiguió, tras meses de angustia, denunciar al hombre. En aquella época, nadie le aconsejó que denunciara al cura a la policía ni que tratara el trauma. Hace diez años, por fin pudo darse cuenta de que, a pesar de los años de psicoterapia, seguía habiendo interrogantes en su interior. Nuoffer se dirigió entonces al obispo de Lausana, Ginebra y Friburgo, que le invitó a presentarse a la comisión diocesana de prevención SOS, que le remitió a los Misioneros de Saint-François de Salle (la orden a la que pertenecía el abusador). Pronto se dio cuenta de que la orden religiosa no daría mucha importancia a los testimonios y acusaciones, al no considerar la responsabilidad moral de la Iglesia en los traumas de las víctimas. Durante un testimonio anónimo en la radio de la Suiza francófona, Nuoffer lanzó un llamamiento para crear una organización: desde entonces ha contribuido a crear y animar SAPEC, una organización de apoyo a las personas abusadas en una relación de autoridad religiosa, a establecer CECAR, una comisión independiente y neutral, y a realizar una investigación para ayudar a reconocer, reparar y prevenir los abusos sexuales en la Iglesia católica. Ahora, tras cinco años de relanzamiento, su perseverancia le permitió obtener una información escandalosa, pero también una disculpa y sobre todo una petición de perdón del propio Provincial y de la institución.