François Devaux, víctima y activista, Francia, 2018
François Devaux es víctima de abusos sexuales por parte de un sacerdote, es el cofundador de la Asociación La Parole Libérée.
Describe así su abuso: «Ese día tenía 10 años. Llevaba ya dos años en los Scouts St Luc y me encantaba este grupo, su efervescencia. Éramos una tribu. Es cierto que el padre Bernard era un «grito», a veces tenía ese toque conmovedor, pero era un sacerdote. En esencia, no podía ser malicioso. Aquella tarde, estábamos en una habitación al fondo de la gran sala de reuniones. Nos pasaron una de estas insignias, que llevamos con orgullo a nuestras admiradas madres para que las cosieran en nuestros jerseys. Al final de esta reunión, cuando el padre Bernard nos soltó, me pidió que me quedara un poco sonriendo. Recuerdo a mis amigos que salieron de la sala… Algunos tenían una sonrisa de satisfacción al saber lo que me esperaba, otros se miraban los zapatos con incomodidad y otros parecían celosos de la atención especial del padre hacia mí. Yo era rubio, alto y delgado … El perfil perfecto. Una vez que todos salieron, cerró la puerta y dijo suavemente «acércate». Su amabilidad era total. Luego me apretó contra él. Un fuerte abrazo como solía hacer en este tipo de momentos íntimos. «Debe estar nuestro padre Bernard solo para necesitar tanto estos momentos», dije en mi mente inocente. Entonces me quitó las gafas, me quitó la boina y se las puso, hizo lo mismo con las suyas para volver a abrazarme mejor. Recuerdo sus suspiros, casi traqueteos. Incluso el color de su camisa gris. Luego, encorvándose ligeramente, tomó mi pierna derecha con su mano izquierda y la levantó para apoyarla en su cadera. Su mano apoyó mi muslo en esta posición. «Hey … Increíble, por lo general no hace eso …» Entonces deslizó su mano, tirando suavemente hacia arriba de mi muslo. Subió muy alto bajo mis cortos pantalones. Debió sentir mi incomodidad porque finalmente dejó que apoyara el pie en el suelo. Luego tomó mi cabeza entre sus manos y me besó en la mejilla. Y pasando de una mejilla a otra, me quemó la boca…
Copyright Simone Padovani
